El desafío de hacer buena Arquitectura en donde se necesita buena Arquitectura, y para todos no deja de entusiasmarnos y es así como nace el Edificio VL.

El edificio se arma de una forma completamente racionalista, entendiendo cada instalación y cada necesidad estructural y consigue sumarle la calidad espacial de la que adolecen la mayor parte de los ejemplos de esta tipología.

Así se organiza un edificio con dos alas que tiene el programa rígido y de instalaciones hacia el centro, sobre un pasillo con dos grandes ventanales que le permiten tener ventilación cruzada. Hacia afuera se organizan los programas relacionados con el estar, estos se reparten con mayor libertad y se relacionan con el exterior a través de espacios intermedios que desdibujan los límites espaciales para lograr una relación cualificada con la calle y la vida ciudadana.